Misión cumplida. Hacía dos días que dirigía la cuarta división y le dieron la complicada misión de tomar el equipo de Primera, tras una dura derrota en Laferrere y la ida forzada de Carlos Da Ponte. Hernán Bonvicini no le es quivó a la obligación. Se hizo cargo del grupo y lo sacó adelante. Metió dos triunfos consecutivos contra Midland y Liniers y le dejó a Aldirico un grupo con otro ánimo. Por eso cuando terminó el encuentro, hubo un fuerte abrazo del cuerpo técnico. Cumplieron, vaya sin cumplieron. Ahora lo espera el trabajo en inferiores.