lunes, 3 de mayo de 2021

ACROBATAS, SOLDADOS, ARTISTAS Y POETAS


 Por Jorge Daniel Testori

El acróbata salta como un gamo demostrando su falta de respeto a la gravedad terrestre, elevando el cuerpo más allá de lo posible y a pesar de ello, el público aplaude si trastabilla con su sombra o con el fantasma de su terror al fracaso. El artista encuentra nuevos colores, texturas impropias y formas casi indescriptibles para retratar, pero una mancha en el reverso de la tela lo descoloca y fuera del marco, su obra perece en la autocrítica.

Un soldado desecha las municiones de su arma, cala como bayoneta un lápiz blando HB y dibuja soles que ríen para flores que cantan bajo una lluvia de rápidas semifusas. No le importa que su uniforme sea todo piel, ya que el Supremo Tribunal de Guerra lo ha condenado a matar a alguien que no odia. Un poeta busca la palabra inicial de su poesía y no la encuentra, creyendo que cada mujer que ame le dará un indicio, una señal palpable como recurso estético de caderas y vientres y no lo logra, aún lo esforzado de su persistencia. La poesía nunca llegó a existir y tal vez no era necesaria, pero el buen hombre murió triste después de muchos años de amar y ser amado, en vano.