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lunes, 2 de agosto de 2021

GOLPE A LA SENSATEZ


Por FRANCO PICATTO 

En las últimas horas comenzó a circular un comunicado dirigido presuntamente desde el Secretario de Prensa de Defensores de Cambaceres, Matías Segovia, y cuyo único propósito es desvirtuar unos dichos que expresamos durante la transmisión del encuentro de ayer. Desde ya, creemos conveniente sentar postura en la obligación de rechazar tales apreciaciones infundadas.

El contenido de esa misiva que se empezó a viralizar junto al audio de la presunta ofensa a la UNLP incurre en varias acusaciones desatinadas. Por lo pronto, nadie desalienta ni promueve una campaña de desprestigio a la Facultad de Comunicación de la UNLP como afirmaron en un comunicado malintencionado y que tiene propósitos claros: el de atentar contra la libertad de prensa. Este equipo de Tribuna Roja viene siendo blanco de constantes destratos y ataques que entorpecen nuestra labor.

Desde impedirnos alojarnos en las cabinas ventiladas un día de viento intenso hasta llamarnos “golpistas”, creo que distan mucho del comportamiento democrático al que aluden como pilar básico dentro de las aspiraciones de esta Comisión. Allí, indudablemente, podemos encontrar un punto de encuentro desde dónde dirimir las diferencias que se puedan suscitar pero no toleraremos que asocien un derecho universal como la comunicación junto a una práctica instaurada en las dictaduras, la de los derrocamientos.

El agravante de dicha calificación es que proviene de un encargado de la comunicación, quien publicó “Tribuna Roja golpista” sin contemplar las connotaciones violentas derivadas de períodos hostiles en la historia argentina. Por último, y a título personal, manifiesto mi enérgico repudio a las denostaciones que agregó Segovia al hablar de “falta de respeto,ética y moral”. Creo que el respeto es una práctica que se genera y no se impone. Las jerarquías o puestos temporales en alguna organización deben ser funciones constructivas, aceptando la divergencia de opiniones. Por lo tanto, arrogarse la potestad de una institución académica a partir de una rencilla personal, constituye un acto nocivo en la tan mentada convivencia democrática.