Por FRANCO PICATTO
Cambaceres se movió con destreza en la pista de una semana festiva que necesitaba canalizar toda la carga emotiva con un partido de por medio. Atrás quedaron los días que le tocaba “bailar con la más fea” y hoy sube como un hit de verano en los rankings musicales. Venció a Sportivo Barracas y enterró otro invicto como sucedió en el partido anterior contra Puerto Nuevo. Cada vez más afianzado en la tabla general, sintió el apoyo popular y prolongaron los festejos de la semana centenaria.
El calendario y el fixture coincidieron como un guiño favorable del destino para centrar la atención en una semana oscilante de emociones. Son días revulsivos en los corazones de los hinchas de Cambaceres y el arcón de los recuerdos examina las memorias de esa incondicionalidad. Acompañados de sus padres, tíos o por insistencia de algún vecino, las vidas de muchos simpatizantes se entretejen alrededor de esta entidad centenaria. Al hincha le cuesta procesar tamaña magnitud del momento que sitúa a Cambaceres como rincón común de tanta devoción y, a la vez, revivir la posibilidad de vivir un partido en el cálido 12 de Octubre. El triunfo se imponía por el contexto pero también por el antecedente del sábado ante Centro Español. La ingenuidad le costó dos puntos claves para encaramarse en el torneo y, perder terreno, suponía dejarse rebasar por algún rival incómodo como lo fue Puerto Nuevo. Este “Rojo” prolonga un invicto que suma argumentos pese a deslices sin costos. Porque todavía no conoce la derrota, pero acumuló empates que no le permiten mirar a todos desde arriba.
La gente se deleitó. Cambaceres le ofreció una suficiencia propia de un líder, aunque la tabla lo ubique a Liniers por el triunfo de ayer. No era un partido para moderados y el clamor popular exigía un triunfo para exacerbar esa algarabía propia de ser contemporáneos a un momento histórico. Como en tantos otros partidos de la temporada invicta, el “Rojo” golpeó de entrada y a los 5 minutos ya ganaba 1-0 por el tanto de Sebastián Ybares, un goleador que está justificando su rótulo por goles de esta factura. Estaba ubicado abajo del arco y aprovechó un rebote. Gol centenario. Quedará grabado para siempre en las retinas de los presentes y en el botín del hombre nacido en Maschwitz. Sin muchos sobresaltos, supo neutralizar a un Barracas que le da buen trato a la pelota, pero entre el mal estado del campo de juego y las marcas, se pudo contrarrestar los embates del “Arrabalero”. Ahora quedarán rivales de menos fuste pero también empezarán a tallar algunas cuestiones relacionadas con la templanza de este equipo para afrontar las tentativas de equipos decididos a complicarle los caminos del ascenso. La fiesta tuvo todos los ingredientes con el triunfo del querido “Camba”, pero los hinchas guardan un cartucho para festejar más adelante.