Brillante y a octavos de final. Argentina volvió a ser Argentina y borró de la cancha a Polonia. Lo dominó desde el minuto uno hasta el final. Jugó su mejor partido de la Copa del Mundo y ganó su grupo. El once de Scaloni tuvo soltura y precisión. Fue protagonista e impuso su jerarquía.
Tuvo rendimientos muy parejos y volvió a ser un equipo confiable. Después del inesperado traspié en el debut, supo reaccionar y terminó el grupo como lo esperaba, en el primer lugar. Cumplió el primer objetivo y ahora se viene un rival inesperado como Australia. La ilusión sigue en marcha.