Muy poca gente se acercó al “Beto” Larrosa a observar el encuentro. De local apenas eran un centenar de personas, que se mostraron contrariados con la actuación del equipo. Por el lado del Rojo, un grupo de unas 30 personas, entre dirigentes, familiares y allegados, se ubicaron en la tribuna detrás de uno de los arcos.