Diego Ayala tiene un particular recorrido en el
deporte. Llegó muy joven desde su Chajarí natal, en la provincia de Entre Ríos,
con la idea de triunfar en el fútbol de Buenos Aires. No le fue fácil, pero con
sacrificio se ganó su lugar en el ascenso. Tuvo dos etapas en Defensores de
Cambaceres y fue protagonista en su momento cuando decidió cambiarse el
apellido para proteger a su pequeña de hija. Una historia de vida digna de
escuchar.