Cabulero como pocos, Alvaro Pereira respetó cada uno de los movimientos que el plantel del Rojo había realizado en la previa del viaje a Lugano para enfrentar a Deportivo Paraguayo.
El grupo
almorzó tallarines en la sede social cerca de las 11 y al mediodía emprendió el
viaje a Ituzaingó. Y además jugó con la camiseta negra que ganó los últimos dos
partidos como visitante.
Parece que el
triunfo traerá un premio para el plantel. Se habla de que el DT prometió un
asado para el grupo y el mismo llegaría en la semana.