Una tarde que será difícil de
olvidar para el defensor Ramiro Fernández. Fue la tarde que volvió al primer
equipo tras varias jornadas y fue la tarde en la que ingresó al campo de juego
con su pequeño hijo Tiziano, de solo cuatro meses. Pero además fue la tarde en
la que el Rojo volvió a la victoria tras cinco fechas y la tarde en la que se
dio el gusto de marcar su primer tanto en Primera. Lo que se dice una tarde
soñada.