El partido era a puertas cerradas pero un grupo de unos treinta hinchas locales decidieron seguir las acciones subidos al paredón detrás de uno de los arcos. La policía mostró total pasividad y el árbitro arrancó el juego sin tomar ninguna medida
Pero si lo hizo en el segundo tiempo (tardiamente) y el partido estuvo detenido unos minutos hasta que l tres uniformados dejaron de ver el partido y los hicieron retirar.