sábado, 7 de agosto de 2010

La justicia fue la gran ausente: Defe no mereció perder con el CADU




A la fiesta de la vuelta de Calderón le faltó una invitada muy importante: la justicia. La derrota sufrida por 2 a 1 ante Defensores Unidos de Zárate fue un resultado que no se condice con lo ocurrido en el campo de juego. De ninguna manera, el Rojo mereció quedarse con las manos vacías. Pagó muy caro no haberlo definido en el primer tiempo, cuando fue claramente superior, y un par de errores defensivos que le costaron el partido.
Si bien todas las miradas se posaron sobre Calderón, fue muy bueno el rendimiento del equipo en la etapa inicial. Supo adaptarse a un campo de juego en muy mal estado (había barro y agua en algunos sectores) y mandó en las acciones. Calderón tuvo una tarea correcta. Buscó jugar de primera y fue el jugador que más situaciones claras tuvo en el encuentro. Arrancó jugando como nueve clásico y después bajó unos metros. A los 4 minutos, “Caldera” tuvo la primera chance: dejó atrás al arquero y definió desviado. El Rojo jugaba mejor y atacaba a su rival. Bien recuperando en el medio campo y abriendo las puntas, pese a las serias dificultades que ofrecía el campo de juego. Hasta que a los 22 minutos, Maxi Benítez (¿se llevó la pelota con la mano) enfrentó al arquero Avila y este lo derribó. Penal y expulsión. Entró el suplente Giamperetti. Sus compañeros lo empujaron, le dieron la responsabilidad. Y ahí fue Calderón, con maestría, con un toque bajo y a la izquierda. Era el gol que todos fueron a gritar. Era el gol del ídolo, era el reencuentro, era el momento de mayor felicidad de la tarde.
Era el momento para liquidarlo. El Rojo lo tuvo contra las cuerdas y no le dio el golpe de nocaut. Giamperetti se le sacó a Benítez, cabeceó Oleiro y desvió un defensor en la línea, remató Benítez y el balón pasó cerca del palo izquierdo y luego el arquero salvó su valla ante Catriel. Era para ir ganando con gran comodidad. Pero Camba no acertó y después lo lamentó.
La visita apenas llegó una vez con un disparo desviado de Lema. Parecía el combidado de piedra a la fiesta. Solo parecía…
Arrancó más parejo el segundo tiempo. Más trabado en el medio. En eso estaban, cuando apareció Lema. El “Chavo”, a los 12 minutos, metió un golazo y empató el encuentro.
Camba buscó retomar la ventaja. Calderón lo tuvo de cabeza y su remate se fue cerca del palo izquierdo. Para colmo, en la jugada siguiente, la visita metió una contra y Nicolás Ledesma, sobre los 23 minutos, puso el sorpresivo e injusto 2 a 1.
CADU, con 10 hombres, aguantó atrás los desordenados embates del Rojo. Que lo apretó y lo buscó, aunque sin la claridad en las llegadas que había mostrado en el primer capítulo. Calderón tuvo otra chance inmejorable, a poco del final, rematando por arriba. Para el epílogo, quedaron las expulsiones de Ruscitti y del ingresado Yaniz que dejaron al Rojo con nueve hombres, por juego brusco.
Quedó la desazón porque no se dio el resultado deseado. Pero, más allá de Calderón, Camba hizo un gran trabajo en el primer tiempo, mostró cosas interesantes y dejó abierta la puerta para esperar un buen torneo. Esta vez, la justicia faltó a la cita. Justó en el día donde casi no había faltado nadie.