“Es la momia, no el enmascarado”. El delantero Emanuel Moleiro fue objeto de diferentes bromas de parte de sus compañeros cuando se sumó a la práctica. El atacante tenía una protección en su tabique nasal, producto de un fuerte choque que tuvo con Goicoechea en la práctica del viernes, en una jugada casual y aislada cuando hacían fútbol reducido.
En un principio se pensó que había sufrido una fractura, pero luego se comprobó que había sido un desplazamiento del tabique, algo similar a lo que le ocurrió a Benavente en el torneo pasado.
Moleiro está con ganas de jugar contra San
Telmo, pero dependerá de sus evolución en los próximos días.