Pero más allá de lo futbolístico la otra gran meta es seguir creciendo en lo institucional. Tras la cesión del predio por parte del municipio en Punta Lara (¡hay que pintarlo de rojo!), la ambición es trasladar allí las competencias oficiales de divisiones juveniles. Para ello es imperioso la construcción de los vestuarios y cumplir con los requerimientos reglamentarios de AFA.
Terminar la pensión del estadio, poder hacer los sanitarios del Polideportivo, potenciar ese lugar con más disciplinas y avanzar con diferentes mejoras en el “12 de Octubre” son otras de las prioridades a tener en cuenta.
Con un club sin deuda en lo económico, camino a salir definitivamente de un concurso de acreedores en el que ingresó hace ya más de 17 años y con el desafío de renovar autoridades en el mes de septiembre, buscando aglutinar a todos los sectores del club, Defensores tiene (sus dirigentes tienen) el enorme desafío de seguir empujando al club hacia el crecimiento que todos soñamos y deseamos.