Por Jorge Daniel Testori
Llega el Centenario, los cien, la centuria, el siglo y cada uno de los que circulamos por el mundo rojo de Cambaceres llevamos puestas partecitas del Club, recuerdos que se acumulan y salen con la euforia de esa gran fecha que se aproxima y con la misma fuerza de aquellos 19 muchachos que el 12 de octubre del año 1921 fundaron nuestras bases.
Yo era un niño cuando jugaba por la calle San Martín entre Chile y Bolivia con las maderitas del encofrado cuando se realizó la parte nueva de la sede social y era ese pibe que con los compinches del barrio nos divertíamos arrojando las fichas del juego del sapo que estaba arrinconado a un costado del viejo buffet junto a la destartalada habitación de la biblioteca de antaño.
Y por allí estaba una prensa de madera, supongo que para encuadernar libros, bien cuidada y lustrada, que los valientes y osados muchachitos la usaban para competir a quien aguantaba mas vueltas de la manija soportando con la cabeza en la prensa, la presión de la herramienta.
¡Años locos de pibes atorrantes!.
Al lado del buffet la cancha de pelota a paleta que los concesionarios nos permitían jugar gratis por las mañanas o a primera tarde luego de limpiarla con esos enormes escobillones, aserrín y kerosene.
Y los campeonatos de metegol, de billar y de billargol, la mesa de ping pong donde algunos alcanzaron mucha destreza y habilidad, un espacio de amistad y reunión, porque las familias y vecinos sabían que era un lugar sano y protegido para los niños y jóvenes.
Así fueron aquellos hermosos años 60 en el club de mi barrio.