Una verdadera fiesta se vivió esta tarde en el viejo y querido “12 de
Octubre” en el acto de reinauguración de las renovadas instalaciones.
Sin dudas que no era un día más el hincha del Rojo. Era la oportunidad
de sentirse otra vez en casa, pisar los viejos tablones de madera o volver a
ubicarse en el lugar de toda la vida de la tribuna de cemento. Y por supuesto
nadie quiso faltar a la cita.
Después del almuerzo dominguero, varios enfilaron rumbo a la cancha, un
ritual que
hacía casi 19 meses que no se cumplía. Grandes y chicos, familias
enteras, los hinchas de siempre. Todos para ser protagonistas de la vuelta a
casa, con un partido simbólico como excusa.
De a poco las tribunas volvieron a despertar de su largo letargo y
sintieron el deseo de los simpatizantes de sentirse otra vez locales.
El público respondió en gran forma y colmó gran parte de las
instalaciones. Y lógicamente no faltó el colorido de las banderas, esas que
estuvieron largadas durante largo tiempo y que ahora volvían a lucir con
orgullo.
“¡Qué lindo que quedó!”, era la exclamación más oída entre los
simpatizantes. “Ahora tenemos que cuidarlo entre todos”, era el sentimiento de
la mayoría.
Lo cierto es que los ensenadenses fueron protagonistas de un regreso que
excedió los límites de la institución.
Las tribunas lucieron un gran marco y se estima que cerca de 4.000
personas dijeron presentes.
El humo de color rojo, los cohetes, los gritos, las banderas, todo ese
colorido que sólo los hinchas que aman a un club pueden desplegar, fue la mejor
escenografía para una fecha que quedará en el recuerdo. El día que los hinchas
volvieron a sentirse locales otra vez.