El
calor se hizo sentir en la cancha de San Miguel. Y mucho. El árbitro paró un
par de veces el encuentro para que los jugadores se refrescaran. Pero lo
llamativo fue el entretiempo. Como dentro de los vestuarios la elevada temperatura era pocos menos que
insoportable, Fabián Lisa decidió llevar a sus jugadores al pasillo que conduce
a los mismos. Ahí, con una custodia policial, y al aire libre, se lo vio
gesticular y hablar largo y tendido con sus dirigidos.