Cuando la Comisión Directiva de Defensores de Cambaceres
decidió poner fin al ciclo de Ricardo Kuzemka muchas voces se alzaron en
contra. Para quienes no viven el día a día del Rojo la determinación les causó
malestar y descreimiento. Y arreciaron las críticas. “Cómo van a echar a un técnico que está peleando los primeros lugares,
ahora viene la debacle”, fue uno de los comentarios más suaves. Kuzemka,
eso lo sabemos todos, no se fue por el rendimiento deportivo. De hecho, es el
gran responsable del armado del plantel. Se fue por serias discrepancias con
los dirigentes.
Como siempre ocurre, el tiempo pone las cosas en su lugar y
a la luz de los resultados que obtuvo el nuevo
cuerpo técnico encabezado por
Gabriel Manzini parece demostrarse que la decisión no fue desacertada. Manzini
entró muy bien en el grupo, se ganó la confianza del plantel y consiguió
resultados muy importantes.
Los números, que dominan al fútbol, son contundentes:
dirigió 10 partidos, de los que ganó 5, empató 4 y sólo perdió uno, de manera
inmerecida, ante Argentino de Merlo. Había agarrado a un equipo que había
decaído su producción en la segunda rueda y que había vencido en solo 2 cotejos
de los últimos 11 que había jugado. Con Manzini, Camba sumó 19 unidades de 30
en juego, lo que representa una efectividad del 63,33%. Estos resultados
permitieron llegar a los 60 puntos (Manzini agarró cuando el equipo tenía 41),
llegar al segundo puesto y clasificar al cuadrangular final por el ascenso a
una fecha del cierre del torneo-
Ahora Manzini va por un desafío mayor: ascender a la “B” como jugador (lo logró en
el 98-99) y como técnico, algo que nadie alcanzó en la institución. Vale
destacar que Arrambide ascendió como jugador y como técnico, aunque en el primer
caso ese logro fue de la D a la C en 1984.-