Tal
como ocurriera en el torneo anterior, en el encuentro jugado en Ensenada,
Nahuel Benavente vivió una tarde especial. El jugador del Rojo, que está a
préstamo en la entidad de Burzaco, jugó por segunda vez frente a su ex club.
Cerca de las 14, llegó al estadio y espero la llegada de sus compañeros para
jugar un encuentro diferente al resto. Obviamente, no paró de saludar conocidos
y gente de su afecto. Ya en la cancha asumió el cotejo con la profesionalidad
característica. Su papá lo siguió desde la platea, con el corazón partido.