Un
día muy cambiante fue el de hoy. El viaje a Los Polvorines se hizo bajo una
persistente lluvia, pero cuando la delegación del Rojo arribó a la cancha
apareció el sol, que se instaló durante toda la tarde.
Pese a las intensas lluvias, la cancha respondió
muy bien, salvo en el lateral que da a la parcialidad local donde se acumuló
mucha agua casi sobre la línea divisoria del campo de juego