Un
final muy emotivo se vivió ni bien el árbitro Mariano Seco, tras otorgar cinco
minutos de adicional, determinó el final del encuentro. El arquero Arias Navarro
terminó de rodillas en el área tomándose la cara y cubriendo las lágrimas de
emoción. Mientras tanto, Vinaccia emprendió una larga carrera desde el banco de
suplentes para estrecharse en un prolongado abrazo con el golero.
El
resto de los jugadores se estrechó en un largo abrazo con los suplentes y los
colaboradores. Y después todos juntos se quedaron reunidos en la mitad de la
cancha
disfrutando la victoria. La alegría siguió en los camarines. Un triunfo
con gusto muy especial.