Por Jorge Daniel Testori
Los 19 conjurados conocían la fecha y el lugar de
reunión.Doce de Octubre de 1921 en la casa del pino y la contraseña, llevar
puesta una prenda de color rojo.Circulaban rumores e inquietudes en la
población y sospechas sobre los jóvenes que frecuentaban el barrio.
"Somos Defensores", insistía Carlos a los
muchachos que lo acompañaban en la gesta que estaban decididos a emprender.
Fortunato, los tres pibes llamados Luis, Juán y Juán,
Orlando, Rómulo,
Antonio, los tres Enrique, Ernesto, Adolfo, Lúcas, Roberto,
Marcelino, José y Carlos, hijos de las familias del pueblo que soñaban sueños
posibles.
La visión incluía el deseo de alimentar la mente, el cuerpo
y el alma con libros, deportes, solidaridad y compañerismo.
Y en el entusiasmo juvenil, todos se alinearon con la idea
de propiciar la poesía y el amor.
La reunión se hizo debajo del pino, no había sillas, ni
mesa, no hubo sellos que certifiquen lo ocurrido, nada quedó sobre el papel, ya
que no tenían los libros requeridos.
Y sin embargo, allí nació el Club Defensores de Cambaceres,
en la Ciudad de Ensenada.