Nadie hubiera imaginado que alguna
vez Cristian Fabbiani, el mismísímo “Ogro” que pasó por Lanús y por River,
entre tantos otros equipos, iba marcar un gol para Defensores. Pero sucedió a
los 28 minutos del primer tiempo. En su afán por despejar un tiro de esquina,
no hizo más que batir su propio arco con un cabezazo, que el llínea convalidó
porque la pelota solo había pasado unos centímetros la raya de sentencia. Sin
embargo, a Camba no le alcanzó y se quedó con las manos vacías.