Al
concluir el encuentro, la Policía de Avellaneda y el grupo de Infantería
montaron fuera del estadio un operativo de seguridad para seguir de cerca la
desconcentración de los simpatizantes. Sobre la avenida Debenedetti, la calle
en la que ubica el estadio, formaron un vallado humano para controlar y alejar
a los hinchas de cualquier foco de conflicto. Además, acompañaron, con tres móviles, al micro que transportó a la
delegación del Rojo hasta llegar a la autopista. Un operativo sin fallas y como
debe ser sin ningún tipo de
incidentes.