Por Jorge Daniel Testori
Las Instituciones sociales se nutren de hombres y mujeres que ponen su tiempo, su esfuerzo, su trabajo, su capacidad y muchas veces hasta dinero de su propio peculio por el bien de la comunidad a la que pertenecen, acrecentando los valores que nos permiten vivir vidas dignas.
Instituciones de bien común, clubes de barrio, asociaciones sin fines de lucro, son el corazón de la sociedad donde desde niños aprendemos a compartir alegrías, tristezas y donde siempre encontramos manos amigas.
Dentro de esos hombres y mujeres que aceptan el reto, el desafío y la responsabilidad de conducir esas instituciones sociales, conocí a Luis Sabio, una Institución en sí mismo.
Donde estaba Luis, la honestidad y capacidad eran sellos distintivos.
En cada cargo que ocupó, su ordenado trabajo y pluma brillante descollaron.
Hijo del Club Defensores de Cambaceres por ser hijo de fundadores, familia de fundadores y deportistas de la entidad.
Su memoria guarda la historia viva del Rojo de Ensenada.
Todos recordamos que en cuanta reunión se juntaban mas de dos simpatizantes del "Camba" era la voz de Luisito la que comenzaba a entonar las conocidas palabras "este verso lo dedico...".
Emoción y recuerdo, hoy la bandera del club a media asta y con un crespón negro anunciando el duelo.
Pero no tengo ninguna duda que por el cielo anda un buen hombre perteneciente a la muchachada de camisa colorada y que muchos sentimos el orgullo de ser su amigo.
Al amigo Luis Sabio.