Por más que sea el último encuentro del año, no será un
partido más para Defensores de Cambaceres el que jugará mañana, desde las 17,
frente a Sportivo Barracas, en el “12 de Octubre”. Es que cuando Damián Rubino
pite el inicio de las acciones, el Rojo irá en la búsqueda de tres unidades que
son de gran valor para afrontar el
desafío en el primer semestre del año entrante cuando tratará nuevamente de
mantener la categoría. El certamen tendrá un receso hasta fines del mes de
enero.
La novedad será que
para el primer partido del 2018, el Rojo
tendrá un nuevo cuerpo técnico. ¿Quién será? No hay nada definido con relación
a
ese tema. Los dirigentes comenzarán esta semana a analizar diferentes
posibilidades para luego tomar una determinación. Por ahora, no hay ninguna negociación encaminada.
Más allá de las
circunstancias que rodearon a la salida de Ricardo Kuzemka, el plantel
debe salir adelante y encarar este cotejo como si fuera una final. Necesita el triunfo para llegar a 24
unidades, el objetivo de mínima que se fijó este grupo. La derrota ante
Argentino de Quilmes, por 1 a 0, y el alejamiento del entrenador fueron golpes
duros. Pero ya hay que dejarlo atrás y saber que cada unidad que se pueda
obtener será fundamental de cara al futuro.
No tiene un partido sencillo ni mucho menos. Barracas es un
equipo con buenos jugadores, que aún no ha dado todo lo esperado. Los ex Camba,
Pocholo y Di Biasi, el goleador Salomone, el experimentado De Porras, son
algunos ejemplos de su poderío. En un torneo con altibajos, en las últimas tres fechas consiguió cierta
estabilidad, con dos empates y un triunfo.
Tiene 15 unidades, pero no hay que confiarse: es un adversario duro y
complicado.
En un año de muchos vaivenes, futbolísticos e
institucionales, el Rojo lo quiere cerrar con una sonrisa. Lo necesita casi de
manera urgente.