Lunes a la tarde, jornada de
laborable, a 150 kilómetros de Ensenada y un partido con pocas cosas en juego.
No era un plan muy atractivo y cómodo hacer el viaje para estar con Camba.
Pero siempre hay un grupo que se
las ingenia para estar junto al Rojo. El más sacrificado fue Néstor Romero. En
medios de transporte urbano, llegó hasta Zárate con la ilusión de siempre.
Junto a la delegación llegaron
algunos pocos dirigentes y otro grupo se trasladó en un vehículo particular,
junto a allegados y familiares.