martes, 29 de septiembre de 2009

Camba tuvo su peor tarde y sufrió una contundente derrota







ROSARIO (ESPECIAL).- Fue una tarde para el olvido. Todo le salió al revés a Defensores de Cambaceres. El equipo de Lalo Borgarelli jugó su peor partido del campeonato y cayó sin atenuantes por 5 a 1 ante Argentino de Rosario. El resultado final exime de mayores comentarios. El resultado habla por sí solo. Peor no se podía haber jugado. El equipo falló en todas las líneas. Dejó el orden y la seguridad defensiva que había mostrado en las fechas anteriores para convertirse en un equipo vulnerable y previsible.
La preocupación invadió a la delegación de Camba que llegó a esta ciudad que se fue sin encontrar explicaciones lógicas a tan pobre expresión futbolística.
No había empezado mal el Rojo. Sin tener la pelota, le llegó un par de veces al local. Primero con Diego Jaime y después con una volea de Jesús Martínez. Pero fue un espejismo. Con el correr de los minutos, el local empezó a volcar la cancha su favor. Empezó a desbordar a Defensores, que no tenía contención en la mitad de la cancha. Lagos sacudió el travesaño, avisando lo que iba a suceder minutos después. En nueve minutos, casi en un abrir y cerrar de ojos, Argentino hizo gala de la contudencia y sacó tres goles de diferencia. Los dos primeros fueron jugadas casi calcadas por la concepción. El primer llegó a los 31 minutos. Córner desde la derecha, la bajó de cabeza De Cerchio y de arremetida llegó el gol de Heredia. Tres minutos después, otro tiro de esquina. Ahora desde la derecha. Centro al primer palo, la peina Canesa y Heredia, entrando por el medio, de cabeza pone el 2 a 0. Y sobre los 40 minutos, una corrida de Roberto González selló el lapidario 3 a 0. Nadie entendía nada. Camba no tenía respuestas por ningún lado.
Para el segundo tiempo, Borgarelli mandó a la cancha a Seoane y Cabello en lugar de Jesús Martínez y Rodríguez. Iban 3 minutos, cuando el ingresado Seoane empujó al gol y achicó la diferencia. Encendió una llamita de esperanza, muy tibia por cierto. El Rojo lo buscó y tuvo un par de chances para achicar aún más la diferencia. La más clara fue un envío de Gamberini que sacó el arquero Luciano Andrada. Pero el propio Gamberini fue protagonista involuntario del cuarto gol de Argentino. Iban 34 minutos cuando, en su afán por rechazar un balón, clavó la pelota abajo a la izquierda de Zurlo. Dos minutos después, el pelado González marcó el quinto tanto para el “Salaito”.
Cambaceres tocó fondo. Todo le salió mal y el resultado no admite excusas. Se falló individual y colectivamente y se dejó el invicto como visitante.
Para el Rojo es un duro golpe anímico y se impone una pronta recuperación el sábado cuando venga Argentino de Merlo a Ensenada.