La
salida de los jugadores de Defensores de Cambaceres estuvo rodeada de un gran
marco de efectivos de seguridad. Los jugadores se retiraron fuerte custodia
policial, en medio de algunos gritos hostiles de aislados simpatizantes,
especialmente para con Seevald, quién jugó en esa institución.
“Vayánse
rápido, que esto es la Isla”, les dijo uno de los encargados del operativo de
seguridad, mientras un grupo de humildes chiquilines pedían “monedas” a quienes
pasaron su lado.