Por
más que para Defensores de Cambaceres la situación no es nueva, jugar a puertas
cerradas volvió a demostrar la arbitrariedad de las decisiones que toma el
APREVIDE. ¿Por qué al Rojo le dieron dos partidos de sanción y lo hicieron
jugar fuera de Ensenada cuando a Gimnasia, por incidentes de mayor gravedad no
lo sacaron del Bosque y apenas lo sancionaron con una fecha? El tema fue
comentado por muchos simpatizantes y no encontró una respuesta lógica.
Lo
cierto es que en la cancha de Cañuelas volvió a ser testigo de los gritos de
los
jugadores en lugar de los hinchas y las tribunas semivacías (solo algunos
dirigentes, allegados y periodistas) fueron el reflejo de otro partido cuyo
ingreso estuvo custodiado por un celoso operativo policial. Demás esta decir
que el Rojo volvió a jugar a pura pérdida económica. Más allá de la
prohibición, hubo algunos simpatizantes subidos a una paredón y otro grupo
contra un alambrado lateral.-