Para llorar de emoción, para abrazarse con el que tenga a lado, para festejar hasta quedar sin voz. Sí, Argentina es finalista de la Copa del Mundo. El equipo de Sabella anuló tácticamente a Holanda y le ganó en la definición por penales. Otra vez una final con Alemania, como en el ´86, como en el ´90. A jugar el domingo en el Maracaná de Río de Janeiro, con los locales viéndolo de cerca. Decime que se siente: una alegría enorme.