Defensores de Cambaceres vive una crisis notoria. Pero, lo
peor del caso, es que no se ven soluciones,
al menos, en el corto plazo. ¿Qué pasó para que en un año, de pelear por un
ascenso, ahora encuentre al Rojo en el último lugar? ¿Qué se hizo mal? ¿Quiénes
son los culpables?
El resultado deportivo, por lo general, es la resultante de
cómo se hacen las cosas en todos los órdenes. Y, de un tiempo, a esta parte,
todo parece salir mal en el Rojo.
No es casual este presente y este último lugar en la Primera
“C”. El factor económico provocó un rearmado del plantel para este torneo. El
factor económico lleva a que los jugadores tengan que entrenar de una manera
que ya casi ni un equipo de Liga Platense hace. Es dar una tremenda ventaja en
una categoría profesionalizada.
¿Cómo se entiende que se reduzca casi a la mitad un
presupuesto y tampoco se pueda cumplir? Ciertamente, hay inoperancia dirigencial
manifiesta en este tema y falta de gestión para lograr los recursos necesarios
para afrontar esta categoría. Son contados los dedos de una mano los dirigentes
que están comprometidos con este momento de la institución. ¿Y el resto? ¿Para
qué asumieron la responsabilidad de conducir los destinos del club?
Entendemos el reclamo del jugador. Es justo y totalmente
razonable. Todos queremos percibir lo que nos prometieron y nos corresponde
cuando termina cada mes. También es real
que el grupo seguirá dando ventajas en lo físico y en lo futbolístico, que se
irán agravando con el correr de las fechas, al entrenar en forma irregular. La
realidad económica indica que muchos jugadores no están en condiciones de ir a practicar
todos los días.
Del otro lado, los dirigentes tampoco tienen soluciones para
hacer frente a la crisis económica. Los problemas se ahondan y no se ve la
salida.
Dentro de ese panorama, el Rojo está último en el
campeonato, y lo que es peor, nada parece en el corto plazo que pueda revertir
este presente. Está comprometiendo seriamente su futuro.
¿Qué hacemos entonces? No es el momento de buscar culpables
ni pedir que se vayan todos. No es la solución. Es el momento de hacer una
amplia convocatoria a socios, simpatizantes, ex dirigentes y a todos los que
quieran darle una mano a la institución. Solamente, aportando ideas y recursos entre
todos, se podrá revertir este presente que es muy complicado pero que podría
ser mucho peor si no se actúa en consecuencia y a tiempo.