Dolió mucho la derrota en el minuto final. Y la calentura que evidenció
Juan Vinaccia ni bien se produjo el gol del Mate fue muy notoria. El capitán le recriminó a los gritos a sus compañeros por la desatención en la
conquista y la siguió ni bien finalizó el cotejo. Con mucha bronca, y sacándose
la cinta de capitán, se fue a los vestuarios.
Ni la ducha reparadora pudo calmar su fastidio, ya que no quiso hablar
con los medios cuando dejó los camarines. Toda una señal de su malestar por un
empate que se escapó por
segundos y por un error que se pudo haber evitado.