Fue
la bomba de la jornada. Ricardo Kuzemka decidió dejar el cargo de entrenador de
Defensores de Cambaceres debido a la abultada deuda económica que existe con el
cuerpo técnico.
La salida del entrenador golpeó al plantel, que no esperaba semejante
noticia. Una vez concluido el encuentro, Kuzemka, junto a sus colaboradores,
reunió al grupo y los puso al tanto de la situación.
Les explicó cómo se sentía, les habló del desgaste
de la situación y lo instó a no bajar los brazos. Los saludó con un abrazo,
agarró sus cosas y se marchó. En el trayecto del vestuario, prefirió no hablar
con los medios de prensa y se fue rápidamente en su vehículo particular. No se
cruzó con ningún dirigente. Algunos estaban dialogando en uno de los salones
del estadio, otros ya se habían ido.
Fueron
algunos de los jugadores los que confirmaron la noticia. Para varios fue una
sorpresa, pero nada fue decidido en caliente.
El DT
ya venía madurando la decisión. El sábado pasado había existido una reunión con
los dirigentes donde ya había advertido que si no le pagaban al menos dos meses
de la deuda, iba a dar un paso al costado. En la semana volvió a repetir lo
mismo. Los dirigentes, conociendo la situación, habían reunido el dinero para
saldar hoy mismo uno de los sueldos adeudados. No fue posible. El cuerpo
técnico ya había madurado la idea y nada tenía que ver los resultados
deportivos.
Según
declaraciones del cuerpo técnico, “la deuda es de cinco meses de sueldo más un
premio (serían tres sueldos más) por haber salvado al equipo del descenso”.
Por
otra parte, como se pública en esta misma página, el presidente Raúl Zamponi
dijo desconocer el monto exacto de lo que se le debe y argumentó que “no
tenemos los contratos, ni sabemos si había un premio”. Zamponi formó parte
también de la Comisión anterior.
Kuzemka,
a través de su letrado, habría enviado una carta documento intimando al pago.
En un breve contacto con este medio,
aclaró que “yo no renuncié. Hemos dejado de prestar tareas por el
incumplimiento en los pagos”.
En
medio de este clima, los dirigentes no quieren tomar decisiones apresuradas.
Esperaran algunas horas para definir los pasos a seguir.