Dentro de un partido bastante aburrido, Defensores de Cambaceres tuvo las mejores oportunidades para ganar y quedarse con los tres puntos. No estuvo fino en la definición y debió conformarse con un modesto empate sin goles ante un Fénix, que lleva 13 encuentros sin triunfos y que en este torneo solo pudo convertir un gol.
Deslucido, enredado, trabado. Así fue el trámite del juego. El campo de juego no ayudó para nada. Desparejo y poceado hizo que la pelota picara para cualquier lado y anduviera mucho tiempo el aire.
Fénix, que debió apelar a dos cambios durante el primer tiempo sendas lesiones, fue equipo limitado, que pocas veces supo como acercar peligro a Arias Navarro.
El Rojo fue ordenado en defensa y combativo en el medio campo. Le faltó juego y contundencia arriba. Tuvo, eso sí, las chances más claras de la etapa inicial. Catriel reventó el palo izquierdo, a poco de comenzado el juego, y después hubo un cabezazo de Benítez que neutralizó Cardozo.
El complemento fue similar en el desarrollo. Parejo y aburrido. Impreciso y monótono. Sin sorpresas, con pocas emociones. Pocos jugadores sobresalían de la mediocridad. Bellieri, el 7 de Fénix, fue de lo mejor de su equipo, pero no tuvo compañía. El partido fue friccionado y Camba, con problemas en el juego, arribó en mayor cantidad peligro al arco rival. Una corrida de Catriel por izquierda terminó en un centro que Benítez remató desviado. Después probó Calabrese de larga distancia y casi se le mete en el ángulo a Cardozo. Y en el cierre del partido, con el pitazo final, Cardozo voló contra el palo derecho para desviar un remate de media distancia de Carreño que buscaba la red. Hubiera sido un premio para que el equipo que estuvo un poquito más cerca. Pero eso no quiere decir que el resultado fuera injusto ni que haya jugado un gran partido. Volvemos a remarcar: fue un partido malo y las pocas chances, las más claras, estuvieron del lado de Camba. Sumó un punto ante un rival con muchas necesidades. ¿Habrá perdido otros dos?
Deslucido, enredado, trabado. Así fue el trámite del juego. El campo de juego no ayudó para nada. Desparejo y poceado hizo que la pelota picara para cualquier lado y anduviera mucho tiempo el aire.
Fénix, que debió apelar a dos cambios durante el primer tiempo sendas lesiones, fue equipo limitado, que pocas veces supo como acercar peligro a Arias Navarro.
El Rojo fue ordenado en defensa y combativo en el medio campo. Le faltó juego y contundencia arriba. Tuvo, eso sí, las chances más claras de la etapa inicial. Catriel reventó el palo izquierdo, a poco de comenzado el juego, y después hubo un cabezazo de Benítez que neutralizó Cardozo.
El complemento fue similar en el desarrollo. Parejo y aburrido. Impreciso y monótono. Sin sorpresas, con pocas emociones. Pocos jugadores sobresalían de la mediocridad. Bellieri, el 7 de Fénix, fue de lo mejor de su equipo, pero no tuvo compañía. El partido fue friccionado y Camba, con problemas en el juego, arribó en mayor cantidad peligro al arco rival. Una corrida de Catriel por izquierda terminó en un centro que Benítez remató desviado. Después probó Calabrese de larga distancia y casi se le mete en el ángulo a Cardozo. Y en el cierre del partido, con el pitazo final, Cardozo voló contra el palo derecho para desviar un remate de media distancia de Carreño que buscaba la red. Hubiera sido un premio para que el equipo que estuvo un poquito más cerca. Pero eso no quiere decir que el resultado fuera injusto ni que haya jugado un gran partido. Volvemos a remarcar: fue un partido malo y las pocas chances, las más claras, estuvieron del lado de Camba. Sumó un punto ante un rival con muchas necesidades. ¿Habrá perdido otros dos?