La terna arbitral fue casi la única que pudo pisar el terreno de juego antes del encuentro. Los encargados del Estadio no permitieron el acceso de nignuna persona hasta que comenzara el partido. El árbitro Rodrigo Sabini quiso llevarse un recuerdo del Estadio y posó para una fotografía con los asistentes. Lo curioso del caso es que se la hizo sacar por un Policía.