martes, 6 de junio de 2017

HAY QUE PREPARARSE YA PARA LO QUE VIENE

No hay dudas de que Defensores de Cambaceres vive uno de sus momentos deportivos más críticos de su historia. La posibilidad de sufrir un descenso a la categoría más baja del fútbol argentino es una situación concreta y latente. No es el momento de analizar ahora cuáles fueron los motivos que llevaron al Rojo a esta instancia límite. Ya tendremos tiempo para sacar las conclusiones.
Sí, urge la necesidad de ir pensando en lo que se viene, de ir planificando el futuro.
Sea cual fuere el destino que le toque a Camba en las próximas cuatro jornadas, lo que luego venga será más o tan igual de complicado que ahora. Las dificultades no se terminarán con la culminación del campeonato.
Lo que viene será un desafío que sólo se podrá superar si el club se prepara institucionalmente para ello.
Veamos las dos posibilidades. Si Camba logra el objetivo y consigue escaparle al descenso, estará obligado en la temporada que viene a concretar una campaña que lo tenga si o si en los primeros lugares. Arrancará último en el promedio (sin contar a los ascendidos) y a ¡16 puntos! del equipo más cercano. Y se prevé que haya dos descensos. Obviamente, estará obligado a jerarquizar su plantel y el interrogante es el de siempre ¿con qué recursos económicos?

La otra alternativa es la de perder la categoría. Si ello ocurre, en la “D” sólo pueden jugar seis mayores y el resto juveniles que no pasen los 23 años de edad y que no registren contratos profesionales en otras entidades. Tampoco será sencillo armar un equipo que pueda lograr el regreso rápidamente. Hay muchos clubes que perdieron la divisional y aún no consiguieron recuperarla.
En el medio de esta delicada situación deportiva, está un tema prioritario: el institucional.  Ese es el aspecto a fortalecer. No se puede seguir de esta forma. El club debe empezar a crecer en todos los aspectos.

El 30 de junio culmina el mandato de esta Comisión Directiva. Raúl Onofri ya anunció que no seguirá como presidente.  Se impone un análisis exhaustivo de la situación y empezar a mirar hacia el futuro. No se puede perder tiempo. Si bien, estatutariamente, hay una prórroga del mandato de 90 días, hay que convocar cuanto antes a una asamblea para renovar autoridades. Y es allí donde hay que trabajar en la búsqueda de una figura presidencial que genere consenso y que propicie un acercamiento entre los sectores de la institución. Todos juntos debemos trabajar para sacar al Rojo de esta situación. Hay mucho por hacer, mucho por mejorar y no hay tiempo que perder.