Otra
vez un partido a puertas cerradas. Una situación conocida hasta no hace mucho
tiempo para el hincha del Rojo. Los incidentes tras el partido por la Copa contra Talleres
determinaron la suspensión del “12 de Octubre”.
Jugar en Cañuelas representó pura pérdida para las arcas de la
institución. Entre el alquiler de la cancha y la ambulancia, la institución
debió desembolsar alrededor de cinco mil pesos. Además pagó algo más de 7.000 pesos por un operativo policial que contó con 46 efectivos. También habría que sumar el
dinero que no ingresó en concepto de recaudación por tratarse de un partido a
puertas cerradas.