El campo de juego de
la Escuela Municipal de Avellaneda resultó impropio y hasta vergonzoso para la
disputa de una final de divisiones inferiores de un torneo organizado por AFA.
Cualquier potrero de los que hay en la
zona se encontraba mejor que ese escenario donde suele jugar Dock Sud.
La cancha, totalmente
desnivelada, tiene muchos sectores de tierra y resultó imposible jugar contra el
piso.