Hoy será elegido Claudio “Chiqui” Tapia como el nuevo
presidente de la AFA, que tendrá una agenda urgente: lograr que FIFA habilite
cuanto antes al mejor jugador de la Selección. Se acaba el frente político y
empieza la gestión.
Pasó la turbulencia política -hoy es futbolística por la
sanción a Lionel Messi- y la AFA tendrá su día menos pensado. Aunque parezca
ilógico, la habitualidad de los últimos tres años con pujas políticas, peleas
mediáticas, múltiples reuniones en hoteles, asados interminables, elecciones
burdamente empatadas, apelaciones de la IGJ, intervención de la FIFA, reformas
de estatutos y fallos de la justicia imposibilitaron que tras la muerte de
Julio Grondona, al margen de la insostenible gestión de Luis Segura que
completó el mandato, exista un sucesor.
El legado será para Claudio Tapia, el hombre de Barracas
Central que tiene como primera meta lograr que el capitán del seleccionado
pueda jugar. Está en boca de todos pero casi tres años atrás desde el anonimato
le puso un freno al intento del estridente y por demás mediático Marcelo
Tinelli.
No llegó solo: está apoyado por el andamiaje del denominado
“Ascenso Unido”, un lema que nació para maquillar la polaridad en épocas en las
que dirigentes de esa extracción cambiaban de bando para apoyar al conductor.
Pero lo que nació como un slogan, cundió en movimiento y no
solo los que se fueron regresaron, sino que se sumó un colectivo invisible para
el fútbol unitario de Buenos Aires: el interior. El profundo, el de las ligas,
el que mueve las mismas pasiones sin televisación ni espacio en los diarios
nacionales.
Con ese poder concreto, sumado a las alianzas estratégicas y
al apoyo de la primera hora de Independiente, presidido por su suegro Hugo Moyano,
y el peso específico de Boca, terminó de ganar la pulseada.
La lista de Tapia es única, pero no de unidad o consenso.
Tiene algo de conformidad. Víctor Blanco y Nicolás Russo -titulares de Racing y
Lanús- habían dicho públicamente que no querían al Ascenso dirigiendo el fútbol
argentino y terminaron asintiendo al hombre de Barracas Central.
Pipo Marín, vice de Acassuso fue el más habilidoso de todos
y tras jugar para Tinelli, volvió y tiene un puesto en el Comité Ejecutivo,
algo que no puede ostentar nada menos que River y tampoco San Lorenzo, aunque
Marcelo Tinelli estará a cargo de las Selecciones Nacionales.
FUENTE: Diario Popular