Seis fechas sin ganar. Cuatro puntos posibles de los últimos dieciocho en juego. Fuera del reducido a tres fechas del final. Y con el clásico rival que puede darle la vuelta olímpica en la cara el próximo fin de semana. Así es el panorama para Defensores de Cambaceres. Peor, imposible. El equipo no genera confianza y sigue regalando puntos valiosísimos. Tampoco pudo como local con el modesto Fénix (penúltimo en el torneo) y apenas empató dos goles, en un partido con muchas situaciones adversas juntas.
El rendimiento bajó considerablemente en las últimas fechas. El equipo no consigue un juego equilibrado en los noventa minutos. Tiene picos para generar alguna esperanza y otros que directamente son muy preocupantes.
Hoy era un partido para ganar y otra vez no se pudo.
Arrancó mal la tarde. A los treinta segundos, Neuspiller ganó de cabeza en el área y puso en ventaja a la visita. Sintió el Rojo el impacto y le costó acomodarse. Pero en dos minutos, un golpe de fortuna pareció hacerle un guiño cómplice. A los 26 minutos, Dell Orto consiguió el empate en jugada muy protestada por una presunta posición adelantada. Y dos minutos después, Martínez puso flojas las manos a un tiro libre de Manes e Ibañez de cabeza clavó el 2 a 1.
Eran los mejores momentos del Rojo. Había que asegurar el triunfo con un gol más.
Pero extravió el rumbo en el segundo tiempo. No sólo no supo ni pudo generar juego y situaciones para ampliar la ventaja, sino que a los 22 minutos Fénix le empató con un gol de Lappena ingresando por el centro del área chica, tras un centro desde la derecha.
Después fueron más ganas que ideas, mas voluntad que creatividad. En el final, Facundo Muñoz salvó sobre la línea lo que hubiera sido un golazo espectacular de Sánchez tras una apilada fenomenal de jugadores por la izquierda.
“Camba” no encuentra el rumbo. No hay señales de mejoría y encima se viene el clásico. Ojalá, quiera Dios nos escuche, que lo peor no esté por venir…
El rendimiento bajó considerablemente en las últimas fechas. El equipo no consigue un juego equilibrado en los noventa minutos. Tiene picos para generar alguna esperanza y otros que directamente son muy preocupantes.
Hoy era un partido para ganar y otra vez no se pudo.
Arrancó mal la tarde. A los treinta segundos, Neuspiller ganó de cabeza en el área y puso en ventaja a la visita. Sintió el Rojo el impacto y le costó acomodarse. Pero en dos minutos, un golpe de fortuna pareció hacerle un guiño cómplice. A los 26 minutos, Dell Orto consiguió el empate en jugada muy protestada por una presunta posición adelantada. Y dos minutos después, Martínez puso flojas las manos a un tiro libre de Manes e Ibañez de cabeza clavó el 2 a 1.
Eran los mejores momentos del Rojo. Había que asegurar el triunfo con un gol más.
Pero extravió el rumbo en el segundo tiempo. No sólo no supo ni pudo generar juego y situaciones para ampliar la ventaja, sino que a los 22 minutos Fénix le empató con un gol de Lappena ingresando por el centro del área chica, tras un centro desde la derecha.
Después fueron más ganas que ideas, mas voluntad que creatividad. En el final, Facundo Muñoz salvó sobre la línea lo que hubiera sido un golazo espectacular de Sánchez tras una apilada fenomenal de jugadores por la izquierda.
“Camba” no encuentra el rumbo. No hay señales de mejoría y encima se viene el clásico. Ojalá, quiera Dios nos escuche, que lo peor no esté por venir…