Fénix le dio un duro cachetazo a Defensores de Cambaceres. El equipo de Pilar le ganó 3 a 0, mostrando una gran efectividad y contundencia a lo largo de los noventa minutos. El Rojo estuvo lejos de su mejor nivel, pero el resultado final fue a todas luces exagerado. Después de 5 triunfos seguidos en Ensenada y 5 fechas sin perder en el campeonato, Camba tuvo el peor final de primera rueda. Fue una tarde gris por donde se la mire. Defensores nunca pudo encontrarle la vuelta al partido y terminó resignado a su suerte.
¿Cómo explicar que el primer tiempo haya terminado 2 a 0 si ninguno de los casi no había llegado a los arcos? El partido había sido malo, jugado en la mitad de la cancha y sin grandes emociones. Apenas una tuvo el Rojo producto de un error. Sacó mal el arquero Cardozo y definió también mal y apurado Diego Jaime. Cambaceres no fue compacto como en otras jornadas de victoria. Estuvieron muy separadas sus líneas entre sí y no hubo un juego armónico. Fénix no llegaba pero cuando lo hizo sacudió la red del arco de Zurlo. Primero sobre los 29 minutos. Sanabria metió un cabezazo libre de marcas tras un córner desde la derecha y clavó al balón contra el palo izquierdo. La defensa marcó mal y le dio mucha libertad al 9 para ganar de cabeza. Cinco minutos después, Padra escapó por la izquierda y el centro fue recogido por el medio por Gastón Sánchez para poner el sorpresivo 2 a 0.
Para el complemento llegarían las variantes. A medida que pasaban los minutos, Borgarelli sumaba hombres en ataque. Primero, de movida, Dieguito Jaime por Carzoglio, después Catriel por Pesoa (un cambio reiterativo) y luego Yaniz por Manes. Cambaceres terminó jugando con cuatro hombres en ataque pero le faltaron ideas para generar juego y romper con una defensa segura y con equipo que sabía que quería. Catriel tuvo la mejor chance con un disparo cruzado. Pero no hubo mucho más. El ir al frente no significa atacar. Y pese a que lo buscó, el Rojo se vio envuelto en sus propias limitaciones. A tres minutos del final, el ingresado Neuspiller metió un pase fantástico para que Villagra colocara el 3 a 0. Nada más injusto. De ninguna manera hubo tamaña diferencia en el campo de juego. La clave estuvo que en Fénix convirtió todo lo que generó y Camba estuvo en un día a tono con la tarde: muy gris en el juego y con muchos nubarrones en su funcionamiento colectivo.
¿Cómo explicar que el primer tiempo haya terminado 2 a 0 si ninguno de los casi no había llegado a los arcos? El partido había sido malo, jugado en la mitad de la cancha y sin grandes emociones. Apenas una tuvo el Rojo producto de un error. Sacó mal el arquero Cardozo y definió también mal y apurado Diego Jaime. Cambaceres no fue compacto como en otras jornadas de victoria. Estuvieron muy separadas sus líneas entre sí y no hubo un juego armónico. Fénix no llegaba pero cuando lo hizo sacudió la red del arco de Zurlo. Primero sobre los 29 minutos. Sanabria metió un cabezazo libre de marcas tras un córner desde la derecha y clavó al balón contra el palo izquierdo. La defensa marcó mal y le dio mucha libertad al 9 para ganar de cabeza. Cinco minutos después, Padra escapó por la izquierda y el centro fue recogido por el medio por Gastón Sánchez para poner el sorpresivo 2 a 0.
Para el complemento llegarían las variantes. A medida que pasaban los minutos, Borgarelli sumaba hombres en ataque. Primero, de movida, Dieguito Jaime por Carzoglio, después Catriel por Pesoa (un cambio reiterativo) y luego Yaniz por Manes. Cambaceres terminó jugando con cuatro hombres en ataque pero le faltaron ideas para generar juego y romper con una defensa segura y con equipo que sabía que quería. Catriel tuvo la mejor chance con un disparo cruzado. Pero no hubo mucho más. El ir al frente no significa atacar. Y pese a que lo buscó, el Rojo se vio envuelto en sus propias limitaciones. A tres minutos del final, el ingresado Neuspiller metió un pase fantástico para que Villagra colocara el 3 a 0. Nada más injusto. De ninguna manera hubo tamaña diferencia en el campo de juego. La clave estuvo que en Fénix convirtió todo lo que generó y Camba estuvo en un día a tono con la tarde: muy gris en el juego y con muchos nubarrones en su funcionamiento colectivo.