El
hincha se levantò temprano, preparó los mates, miró a la ventana y vio el cielo
gris. Escucho las noticias de la tele que anunciaban tormentas y lo pensó un
rato. Alguno seguro habrá desistido de ir a la cancha, pero una gran mayoría
poco le importó. Hizo lo que tenía que hacer y partió rumbo al “12 de octubre”.
Pese al horario desacostumbrado y las amenazas de lluvias (que después se
concretaron), ahí estuvieron alentando al equipo de Manzini.
Sobre
el inicio del encuentro, llegó el grueso de la hinchada que se ubicó otra vez sobre
el
arco que da a la escuela 10. Y desde allí sacaron a relucir todo su
repertorio de canciones.