La cancha de Liniers, muy visitada por el Rojo en los últimos años,
donde supo actuar como local en varios partidos, no tuvo un gran marco ni mucho
menos. El día laborable, la elevada temperatura y el hecho de que el local no
sea un club que movilice una gran cantidad de gente fueron factores para que no
más de trescientos espectadores estuvieran presentes. En el centro de la
tribuna local se ubicó el grueso de sus hinchas.