En fila india, con la cabeza
gacha, casi media hora después de concluido el encuentro, se retirò el plantel
del Rojo del vestuario visitante de la cancha de Alem. Apesadumbrados por la
derrota, ningún jugador tuvo ganas de parar y conversar con los medios
presentes en el lugar. El momento complicado que vive el Rojo genera mucha
incertidumbre.