Rosita entra a la cancha de Cambaceres como una hincha más,
lleva su clásico vestidito con el nombre y el número nueve, y camina
incansablemente por la platea. Al leer las palabras anteriores podría sacarse
la conclusión de que la protagonista es una persona pero no, es una perra. Su
dueño -Germán- tiene adoración por su mascota y en cada partido del Rojo de Ensenada
está acompañado por ella. Lo más raro de todo es que el “can” posee carnet de
socio y
hasta se da un gusto especial en los entretiempos. “Desde hace unos
cuantos años viene Rosita a la cancha. Me pareció irrespetuoso que entre y no
pague entrada. Y ahí me pregunté: -¿por qué no hago socia a la perra que viene
más que algunos que se hacen los hinchas?-. Hace cuatro años que tiene el
carnet”, cuenta el “Loco”, como lo conocen en el 12 de octubre.
La historia de los inseparables “amigos” comenzó con el
abandono de una cachorrita en la casa de Germán y su bondad de recibirla en su
hogar. “Me la dejaron debajo de la ventana cuando tenía 20 días. Era solo una
noche que se tenía que quedar en casa pero una noche pasó a ser toda la vida.
La cuido como una hija. Es una integrante de la familia”, expresa el hincha de
Camba en los escalones de la tribuna de color rojo.
Los pasos a seguir en cada partido se transformaron en una
rutina y Rosita lo sigue a todos lados hasta cuando el dueño ayuda con la
camilla o con el cartel electrónico. “Cuando llego a la cancha primero entra la
perra y después yo. Siempre se queda al lado del alambrado pero cuando ayudo de
camillero me busca todo el tiempo, no me saca la mirada. Está firme siempre
conmigo”, reconoce el hombre y agrega: “En el entretiempo le compro una
hamburguesa y no es porque estoy loco. Esto se explica desde que venía con mi
abuelo a la cancha. Él no me compraba nada y entonces le empecé a comprar a
Rosita para que la pase aún mejor. A veces puede ser un chori, depende de la
situación. Ya es una marca registrada”.
El vestido de la perrita también es una tradición en los
pasillos de Cambaceres. Rojo, con volados y el número 9 en su lomo. “Camiseta
no le iba a comprar porque es una nena”, cierra el “amo”. Un relato de amor y
puro Ascenso.
FUENTE: Vermouth
Deportivo