No faltaron los incondicionales
de siempre. En una tarde especial, sin nada en juego, de despedida, con mucho
frío, los socios (y algunos que no lo son) estuvieron en el “12 de Octubre”. No
fueron multitud, ni mucho menos. Pero estuvieron los que saben que los
sentimientos no entienden de categoría. Los que quisieron estar en el último
partido en la “C” soñando con la vuelta. Ahí estuvieron, para “bancar” este
momento y apoyar a los que se quedaron en esta dura situación. A los jugadores
que tuvieron que poner el pecho en la adversidad. Los despidieron con aplausos
y al grito “vamos a volver”.