-¿Cuál es el sentimiento después de recuperarse tras estar “condicionado”?
-No, estábamos tranquilos y seguimos igual (Lalo agarra para el lado del fútbol y enfatiza). Con Alem pasamos a perder cuando quedamos con diez. Después con Excursionistas fuimos protagonistas. Ya te digo, el cuerpo técnico estaba tranquilo, sabiendo que lo repaldaban 30 jugadores y el presidente Gestari.
En el parque, al solcito de las cinco, descansaba junto a su mujer Alicia, sus figlios Fiama, Mauro y Maxi, que llegaron con la filial de nietitos (Lucía, Maia y Santino). Mateaban alrededor de un árbol y la pelota pedía que Lalo le de unos chancletazos. Pero a Lalo lo llaman del diario y abrió al diálogo.
-Tal vez se presiona mucho con ganar y ganar, a vos te tocaron tres y te llovieron fantasmas.
-Cuando se pierde lo que hay que hacer es un análisis de como y por qué se había perdido. Los dirigentes sabían que era un momento difícil. El equipo necesitaba nada mas que un resultado.
-Ahora dos seguidos en Ensenada.
-El domingo, a las 17, contra Barracas Bolívar y el miércoles a las 17 con El Porvenir.
-La localía los va a ayudar.
-Es una ventaja que no contamos en en esos tres que perdimos seguidos afuera, donde uno fue domingo, a las 11, y otro domingo a las 12. Nos crea una muy buena expectativa. Con Bolívar y El Porve nos representa una motivación especial estar en nuestra cancha.
-¿Qué problemas tenían cuando no se daba?
-El juego era bueno. En la autocrítica buscaba cuál era la falencia y era que no encontrábamos el resultado. En cada charla los jugadores nos decían que estábamos bien.
Olfateando a Calderón
“Te confirmo algo, el martes, a las 17, vamos a jugar contra Estudiantes, en la cancha 5 del Country”. -Es como darse un gusto.-Nuestras raíces son pinchas, y que nos hayan llamado Julián y Sabella nos llena de orgullo. Vamos a tener enfrente al mejor jugador del mundo y a José Luis Calderón cerca nuestro.
-A pocos días del Mundial de Clubes.
-Sí, es un orgullo. Estudiantes tiene además un cuerpo técnico nacido ahí. Tanto para mí como para mi ayudante Osvaldo Freire, que vivimos diez años en el club, cuando vamos a la cancha nos sentimos orgullosos.Quizás la charla la haya escuchado Benji, el bebé que está en la panza de la yerna Fernanda. Cuando nazca, el Pincha y Camba tendrán un hincha más.
Tan seguro como es Don Lalo.
FUENTE: Diario Hoy