lunes, 23 de abril de 2012

EL FESTEJO FUE CONMOVEDOR


Emocionó el festejo final de los jugadores, en la cancha y en los vestuarios. Hay un grupo que tiene un gran sentido de pertenencia. Ni bien pitó el final del encuentro el árbitro Américo Monsalvo, un racimo de jugadores se reunieron en un sector de la cancha y comenzaron a saltar alborozadamente. Pero no fue todo porque después se juntaron todos y fueron hacia la cabecera donde estaba el grupo de jugadores y dirigentes, que parecían la hinchada. Y todos se unieron en un  gran festejo.  Pero la cosa siguió en vestuarios. Allí los jugadores no pararon de saltar y cantar, armando un verdadero carnaval
de alegría. “Sufrimos y pasamos muchas cosas para llegar a este momento”, nos dijo un jugador. Y tiene razón. Festejen, muchachos, lo tienen merecido.