Prácticamente
terminó la puesta a punto y llega la hora de la verdad. Queda una semana de
trabajo para, a partir de mañana, ajustar los últimos detalles.
La
expectativa es similar a la incertidumbre de lo que puede llegar a rendir este
equipo. Lo que sí no se puede admitir es una campaña como la del torneo pasado.
Sería lapidario pensando a futuro.
Por
ahora lo que podemos hacer son conjeturas. Una de ellas es que con relación al
equipo que terminó último el torneo pasado se perdió experiencia. Se fueron
jugadores que ya conocían la categoría (Kissner, Rosa Zacarías, Benavente,
Landa, Jones, Mareco) y llegaron juveniles de Gimnasia, en su mayoría, sin roce
en el ascenso. El único nombre de experiencia es Gustavo Azcona, que ya estuvo
en el club. ¿Podrán adaptarse estos juveniles a una división tan dura y
competitiva? La respuesta recién la tendremos con el desarrollo del campeonato.
Los
encuentros de preparación no son parámetro. Ante equipos de la división, el
Rojo fue superado claramente. Frente a equipos de Liga o reservas, Defensores
impuso su juego. Pero todos esos cotejos sirvieron para tomar ritmo e ir
encontrando el equipo. La verdad, como siempre pasa, estará en la cancha,
cuando se juegue por los puntos.
No
hay refuerzos rutilantes en el plantel. Si hay un grupo de jugadores que
sumaron experiencia en el torneo pasado y al que se acoplaron otros equipistas
que deberán adaptarse rápidamente a la categoría.
El
Defensores 2016 está a una semana de la largada. Y este año no puede fallar.