El fútbol argentino, tan pasional como desparejo, esconde
historias que involucran los sueños de cientos de chicos que entrenan para
convertirse en profesionales y vivir de la pelota.
En tiempos donde los dirigentes debaten cómo y quién va a
televisar los partidos desde agosto, con el modelo de la Superliga
desembarcando como potencial salvación, algunos futbolistas deben encontrar un
segundo trabajo en distintos rubros para poder sobrevivir.
Este es el caso de Juan José Rodríguez, defensor de
Cambaceres, que pasa todas las tardes persuadiendo a sus clientes en un local
de venta de ropa ubicado en 8 entre 42 y 43. Allí genera un ingreso fijo y no
depende de los famosos depósitos por los derechos de televisión.
En contacto con este diario, el jugador del Rojo de Ensenada
contó cómo está viviendo el momento de conflicto que atraviesa el fútbol
argentino, que lo tiene como un fiel reflejo de una realidad que
también afecta
a varios jugadores del ascenso.
—¿Cuánto ayuda tener
un trabajo aparte del fútbol?
—Ayuda bastante, es un emprendimiento. Es un sacrificio que
hay que hacer.
—¿Cómo distribuís los
tiempos?
—Después de entrenar voy a trabajar sin dormir siesta y a mi
casa llego a las ocho y media, nueve de la noche. Cansa, pero de esa manera me
sostengo económicamente. Se complica bastante, porque después de entrenar y
trabajar lo primero que quiero hacer es llegar a mi casa, comer y dormir porque
al otro día me levanto a las 6. Ahora en la pretemporada aprovechaba los
domingos libres, pero cuando se reanude el campeonato se me va a complicar un
poco más tener esos tiempos. Es lo que me gusta y me voy adaptando a los
tiempos del fútbol.
—¿Qué rol cumple la
familia?
—Mi vieja y mis hermanas me apoyan en las decisiones que
tome, y siempre que me pueden ayudar, lo hacen. Mi mamá con el fútbol me sigue
a todos lados, estoy muy agradecido con ella, porque siempre colaboró bastante,
siempre me siguió y eso es muy importante.
—¿Empezaste a
trabajar para ingresar más dinero o no confiabas en que el fútbol te iba a dar
de comer?
—No, trabajo en el local para poder mantenerme hoy en día,
aunque todavía sigo apostando al fútbol, dentro de todo soy chico.
—¿A qué apuntás?
—Siempre soñé con jugar al fútbol profesionalmente y ahora
que estoy en la Primera de Camba la idea es ir progresando.
—Desde que dejaste
Gimnasia, a principios de 2015, y llegaste a Cambaceres, ¿en que cambió tu
vida?
—En un principio estaba con mucha incertidumbre, no sabía
con qué me iba a encontrar pero la verdad es que cambié para bien. Es una
categoría muy profesional y estoy aprendiendo muchas cosas nuevas.
Fuente: Diario Hoy